En Berlín, hablando de la entrevista que el Führer-Canciller,
Señor Adolf Hitler celebró ayer con el Embajador de Francia, la oficiosa ‘Deutsche
diplomatisch-politische Korrespondenz’ dice:
“El Pueblo francés puede estar convencido de que Alemania
no desea nada que esté en oposición a los intereses legítimos de Francia. El
amor de Alemania por la paz y su voluntad de inteligencia con todos sus
vecinos, son hechos patentes e innegables. Alemania reclama como su derecho natural
la libertad y la independencia, y por eso reconoce también la de los otros Pueblos.
Entre Alemania y Francia no existe ninguna causa de
conflicto territorial. Precisamente porque las relaciones entre estos dos
países son ahora liberadas de todo lo que podría provocar disturbios, parece
que no sería imposible que se llegara a una amistad fecunda, si se esfuerzan seriamente
por descartar los otros obstáculos.
En efecto, será preciso limpiar el camino de una gran
cantidad de maleza diplomática y política que se ha acumulado desde hace quince
años entre las dos naciones, lo cual hace la marcha tanto más difícil ya que
entre estos obstáculos hay algunos que no pueden ser descuidados en la voluntad
de acuerdo con Alemania. Una entrevista leal, animada por ambas partes de una
buena voluntad, constituye en todo caso un paso considerable en el camino para
llegar a un acuerdo definitivo. Precisamente porque Alemania reconoce la gran
importancia de estas posibilidades, que se esfuerza constantemente en encontrar
las bases sólidas de un acuerdo con Francia. Nos parece absolutamente necesario
ir leal, pero prudentemente, hasta el fondo de las cosas, abriendo así el
camino a una evolución satisfactoria.”
Hablando de la entrevista de ayer entre el Canciller
Hitler y el Embajador Poncet, el ‘Berliner Tageblat’ escribe:
“No se ha logrado aún la finalidad de llegar a un acuerdo
germano-francés, aunque es innegable que se ha adelantado en este sentido. El
resultado más importante de los esfuerzos llevados a cabo entre París y Berlín,
es que tanto de parte alemana como de parte francesa se habla con toda lealtad,
tanto de las dificultades que existen aún como de la posibilidad de
descartarlas.”
El ‘Deutsche Allgemeine Zeitung’ escribe:
“Desde su llegada al Poder, el Canciller Adolf Hitler no
se ha cansado de demostrar a Francia que el solo camino para llegar a un
acuerdo es la igualdad de derechos. Sólo de este modo podrá vencerse el
sentimiento de inseguridad que domina a Francia y que ha constituido una
pesadilla para la Política europea". (1)
En París, la Prensa subraya el alcance de la entrevista entre
el Embajador señor François-Poncet y el Canciller señor Hitler, y si bien
reconoce la sensible mejora de la temperatura, estima difícil prever que tenga
una realidad concreta. ‘Le Petit Parisien’ dice:
“La entrevista no se parece a las visitas periódicas que
los diplomáticos hacen a los jefes de los Gobiernos extranjeros. Después de un
largo silencio, la primera entrevista ha consistido, sobre todo, en informarse
recíprocamente, pero sería temerario sacar ninguna conclusión de la misma
respecto al futuro."
‘Le Journal’ considera que:
“Por el lado alemán la maniobra es clarísima. A la
víspera del debate en la Cámara francesa sobre el pacto franco-soviético, se
intenta una gran partida que tienda a quebrantar el plan occidental y a paralizar
las fuerzas de una nación que desempeña un papel esencial en el mantenimiento de
la paz en la Europa central."
‘Pertinax’, en ‘L'Echo de Paris’, declara:
“El comunicado es un documento propio a extraviar a las
opiniones parlamentaria y pública. Las tesis de Francia y Alemania continúan
siendo lo que eran. Subsisten dos concepciones que hasta ahora no han podido
conciliarse."
En ‘L'Oeuvre’, la señora Geneviève Tabouis escribe:
“Berlín desea mostrarse amable. Es una política de mano
tendida, pero tendida en la niebla todavía muy espesa. El Führer se halla
dispuesto a conversar, pero no dice sobre qué cuestión concreta."
‘L'Oeuvre’, que dice apreciar sumamente el cambio de
actitud entre Berlín y París, termina estimando que:
"El punto esencial para la aproximación está en la admisión por parte de Hitler del Pacto franco-soviético, pero no se señala ningún progreso sobre este tema candente". (2)
"El punto esencial para la aproximación está en la admisión por parte de Hitler del Pacto franco-soviético, pero no se señala ningún progreso sobre este tema candente". (2)
En Londres, el ‘Daily Telegraph’ dice saber de fuente
bien informada:
“La conferencia tuvo efecto a consecuencia de un ardiente
deseo del Señor Pierre Laval de abrir negociaciones directas con Alemania. Esta
nación está alarmada por las consecuencias del referido Pacto franco-soviético,
que ha de ser dentro de poco ratificado en París y en Moscú. Ésta ha sido la
cuestión más importante tratada en Berlín.”
El diario en cuestión hace notar que el Señor François-Poncet,
Embajador de Francia, hacía cinco meses que no había sido recibido por el Führer.
El ‘Morning Post’ dice:
“La entrevista ha revestido un carácter informativo y que
no hay que esperar de la misma, resultados sensacionales. El Embajador francés
trató de tranquilizar al Señor Hitler respecto al alcance del Pacto soviético; pero
no parece probable que el punto de vista alemán respecto a aquel documento vaya
a cambiar.” (3)
Agencias “DNB” (1) (3) y “Havas” (2); 22 de noviembre de 1935.
Agencias “DNB” (1) (3) y “Havas” (2); 22 de noviembre de 1935.
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