Después de la manifestación en la Plaza del Castillo de
Berlín, con motivo de la Fiesta del Trabajo Nacional, los obreros procedentes
de todas las regiones alemanas hicieron ante los micrófonos de la radio profesión
de fe en el nuevo régimen Nacional Social.
Un obrero del puerto de Hamburgo, un minero de la
Silesia, un campesino de la Prusia Oriental, un minero del Sarre, etc.,
declararon que desde hacía tiempo habían perdido la fe en la Internacional Obrera,
guiada en realidad por la Internacional del Oro. Durante catorce años se
prometió al obrero alemán la libertad, la igualdad y la fraternidad, pero no se
hizo más que engañar a los obreros, mismos que hoy buscan separarse de la
Internacional y unirse a Hitler.
Dijo el campesino de la Prusia Oriental: “Sabemos bien que no se nos puede prestar ayuda inmediatamente, pero ahora trabajaremos de
nuevo con tesón porque tenemos una nueva esperanza. La Prusia Oriental debe
convertirse en la fortaleza contra el Bolcheviquismo.”
El minero del Sarre declaró: “El Sarre debe verse pronto
unido a la Madre Patria, conducida por Hitler.”
Un minero de la región de Sieg expresó: “Siento alegría
al ver que los Obreros amantes de su Patria, lo mismo que los Burgueses, somos
de nuevo estimados y respetados en Alemania, en donde habíamos sido privados de
derechos durante largos años.”
Agencia “Wolff”; Berlín, 02 de mayo de 1933.
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